Cartel oficial de los Juegos Olímpicos de Múnich’72

Reconocido principalmente como escultor, la obra gráfica de Eduardo Chillida compone una de sus caras más desconocidas pero igualmente interesantes. Entre otros, realizó trabajos de ilustración, diseño de carteles y logotipos. Su faceta como comunicador respondía sobre todo a encargos de diversa índole por parte de instituciones, donde fue capaz de transmitir los mensajes demandados manteniendo los valores y rigor de su trabajo escultórico. Una de sus piezas más destacadas fue el diseño del cartel para los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972, realizado sobre papel litográfico. En esta imagen se percibe el interés por la exploración de la línea, el volumen y el concepto de vacío, juega con los espacios y los contrastes rotundos conduciendo la mirada hacia arriba y hacia abajo. Plantea así una construcción dinámica donde dialogan lo orgánico y lo geométrico. La sobriedad de su lenguaje plástico aparece vinculada a su obra gráfica como si fuera una extensión de sus esculturas, aunque suprimiendo el uso de la perspectiva. Otra de sus señas de identidad es el uso exclusivo del blanco y negro como respuesta a un pretendido interés por analizar el comportamiento de los elementos en el espacio y las formas que van dibujando los propios huecos.