Si atendemos a la relación entre arte y diseño gráfico, si alguien destacó dentro de esa hibridación fue Fortunato Depero, que en 1915 había firmado con Giacomo Balla el manifiesto La reconstrucción futurista del universo. Diseñador de carteles, tipógrafo y publicista, evolucionará del realismo social al futurismo tras el impacto que le produce la revista Lacerba. En 1927 realizará las dos aportaciones claves de su contribución a la historia. Por un lado, el pabellón que diseña para editores en la Feria Internacional de Artes Decorativas de Monza. Por otro, la publicación de su libro Depero futurista, un libro de artista que proponía nuevas formas para la publicidad. En su portada dos grandes pernos cromados enfatizan su condición de objeto, al tiempo que anuncian la apropiación de elementos de producción industrial que se tornará práctica habitual en posteriores trabajos futuristas. A Depero se le deben algunos de los más interesantes anuncios de Campani o Magnesia S. Pellegrino, así como portadas de revistas como Vogue, Vanity Fair, Sparks o Movie Makers. Para Depero el arte del futuro era publicitario.
Uno de los conceptos originales que ha estado siempre presente en los trabajos de la portuguesa Mónica Capucho es la palabra, que utiliza para resaltar los elementos visuales que coexisten en sus composiciones geométricas compuestas por rayas, rejillas o cuadrados. Estas frases repetidas son utilizadas para subrayar las imágenes representadas. Las expresiones se resaltan sobre superficies con cualidades variadas, brillantes, opacas, lisas o con texturas, como se puede intuir sobre la superficie en blanco de la obra Intuitive Tridimensional Form, en la que artista busca un vínculo entre la imagen y la palabra, donde una se transforma en texto y la otra se visibiliza, reflexionando sobre el papel de la construcción de la propia pintura.
Pintora y diseñadora textil, Maija Isola fue una de las creadoras de los textiles más icónicos del siglo xx. Trabajando en la compañía textil Printex, diseñó para decoración algunas piezas inspiradas en el arte africano mezcladas con motivos populares eslovacos. También es posible reconocerla por sus formas geométricas, con sus icónicos dibujos de óvulos concéntricos de diferentes colores inspirados en la forma de un melón cortado, como se refleja en sus diseños textiles, como Isot Kivet, que parte de esa concepción abstracta. Sus patrones engloban tanto al minimalismo geométrico como a una expansión cromática.
Este arquitecto y diseñador italiano colabora con empresas tanto del sector del mobiliario como el de la moda, además de ocuparse del diseño de productos. Se introdujo en el mundo de la iluminación revolucionándolo, creando lámparas-escultura que con elementos bidimensionales creaban volúmenes tridimensionales, como se advierte en la lámpara Bourgie, que supone un notable ejemplo de diseño en la iluminación moderna. Esta creación fue producida por la firma italiana Kartell, donde la creación parte de la investigación en los procesos estéticos y productivos relacionados con el diseño industrial. Con esta línea se busca generar objetos que formen parte del paisaje cotidiano, haciendo revivir una lámpara de mesa clásica, con elementos contemporáneos y con una estética barroca y algo irónica de reminiscencias pop. Su diseño hace que se adapte perfectamente tanto a ambientes clásicos, modernos o rústicos.
El interés y curiosidad de este diseñador finlandés por los materiales plásticos le llevó a concebir un mobiliario innovador que rompía con las convenciones tradicionales del diseño de la época de los sesenta, donde predominaban las líneas y ángulos sobrios. Así, torció las reglas y redondeó las esquinas creando sillones de plástico y de fibra de vidrio, moldeándolos y creando formas extraordinarias. Muchos de ellos se han convertido en iconos del diseño y sus creaciones se exponen en museos como el MoMa o el Vitra Design Museum. Sus investigaciones con los materiales producen objetos imaginativos y, al mismo tiempo, ergonómicos. Todavía hoy Aarnio continúa creando diseños extravagantes, entre los que está Puppy, producido por Magis, una obra fabricada en policarbonato modelado que sirve tanto para ser utilizada como asiento como para ser un juguete para niños.
Este diseñador industrial alemán es uno de los personajes claves en el diseño funcionalista, llevando a la marca Braun al racionalismo, que pronto se convirtió en lo que caracterizaría e identificaría a todos sus productos. Su estilo sobrio se nutre de la corriente estética Gute form, que predica un diseño libre de adornos. Al mismo tiempo es considerado una influencia esencial para Jonathan Ive, jefe de diseño de la compañía Apple. Para Rams todo buen diseño es innovador y su finalidad primordial es su utilidad, pero sin faltarle belleza. El Secador de pelo HLD 4 (1970) simplifica la estructura del producto y lo prepara para expresar claramente su función mediante la intuición del usuario, distinguiéndose por su austeridad al tiempo que fomentando un lugar de expresión para el consumidor con su juego cromático.
El trabajo de Sandra Bahía es heredero de los postulados del arte minimalista histórico, que a pesar de tener un arco cronológico breve, que podríamos circunscribir a la segunda mitad de la década de los setenta en Nueva York, diseminará su legado de un modo expandido en el tiempo y sus lugares de incidencia. El uso de materiales industriales preparados, un estricto rigor estructural o una estética reductiva, son características que han permanecido desde entonces, pero desde una suerte de post-minimalismo como el emprendido por Bahía. Utilizando una gran gama de materiales, técnicas y medios industriales, la artista juega con la metáfora de una industria posmoderna fracturada. Durante su trayectoria, sus procesos pasan de lo bidimensional a lo tridimensional, de la pintura al objeto en el espacio y de la figuración a la abstracción. La pieza Pillow talk es un referente de este juego entre lo pictórico y lo escultórico, que la artista es capaz de llevar a la gran escala o, en este caso, a la pequeña escala, donde la medida tiene menos relevancia que su peso visual.
En las obras de Rita Magalhães nada resulta espectacular. En el fondo, de lo que se trata es de reconstruir una serie de memorias a partir de objetos y de tiempos cargados de una vida recitada desde la nostalgia de lo perdido. En sus fotografías eterniza el momento en lo que podríamos definir como estrategia de intensificación de la realidad. El gesto más leve deja de ser rutina para mostrarse como momento o acontecimiento casi encantado. Porque lo que nos propone Rita Magalhäes es un viaje íntimo, a la manera del más puro interior holandés, ese que se dibuja entre umbrales, con figuras frágiles y solitarias que, sin embargo, y a pesar de su aparente intimidad y recogimiento, semejan estar en una estudiadísima preparación. Esa atractiva ambigüedad resulta obvia en sus series in door Amélia o Intimacy, auténticas reconstrucciones de un imaginado pasado. Los referentes pictóricos son indudables. También ese afán por mostrar lo cotidiano desde el refinamiento sensual más sencillo. Rita Magalhäes congela los momentos para capturar el pequeño detalle, envuelto en un particular aire de melancolía. Cada foto es un gesto, una anécdota que se revela no solo en la acción de la figura sino en el estudiado espacio, en la escena. En esta conjunción es donde intuimos una inclinación por el Vermeer tardío, capaz de dominar una luz lateral que atraviesa el espacio y de matizar la perspectiva. Espejos, ventanas, sombras, reflejos... nos sumergen en ese tiempo detenido, en una espiral de temporalidad que nos domina.
Diseñador industrial y arquitecto, Philippe Starck es un innovador tecnológico reconocido por la utilidad y estética en sus diseños. En sus proyectos llaman la atención sus formas extravagantes, los colores deslumbrantes y el uso de materiales poco usuales. Le persigue la constante de ir más allá de lo convencional, de progresar y de evolucionar. Su proceso de trabajo es un estado semiconsciente, ahí es donde encuentra la claridad en sus diseños. Sus productos se centran en la experiencia que le proporcionará al usuario. Tanto es así que su mítico exprimidor Juicy Salif, producido para Alessi está pensado para «iniciar conversaciones» con una notable reflexión formal e innovadora que se aleja totalmente de la forma tradicional de la acción de exprimir.
Cecilie Manz es una de las principales diseñadoras industriales danesas de su generación. Con su trabajo amplía el entendimiento de la función y la estética del diseño desafiando los conceptos establecidos en el diseño industrial. Su trabajo abarca joyas, lámparas, esculturas y muebles, como su mesa Mikado, que se ha incluido en la colección del MoMA. Existe una gran variedad en su trabajo, pero su idea básica siempre destaca su funcionalidad y su alusión a composiciones históricas en sus diseños a la vez que plasma un presente muy claro. Esa combinación del modernismo escandinavo y la funcionalidad se refleja en el diseño de la jarra de agua Mínima, producida por Holmegaard.
