Hace unos años una exposición titulada El espacio intermedio en el MACUF de A Coruña tenía como punto de partida una obra conceptual del artista escocés Douglas Gordon. Tenía la particularidad de haberle «ocurrido» a David Barro, uno de los comisarios. Dos cartas enviadas por el artista a su dirección el mismo día pero desde dos ciudades distintas, Oporto y Nueva York. El punto de partida es diferente y provoca el retardo en la recepción de una de las cartas una semana. El componente temporal define la idea de distancia a la vez que el artista se vale del medio escrito para hacer que el receptor —espectador y protagonista—, se replantee la imagen de la misma y la cercanía o lejanía del artista, confundiéndolo todo en un juego espacio-temporal en el que la no-presencia del emisor se convierte en la desconcertante imagen de la distancia: «Estoy más cerca de lo que piensas; Estás más cerca de lo que crees».