Vítor Mejuto no es un pintor a la moda, muy al contrario, se ha dejado seducir por sus «lugares» cuando pinta de un modo tan firme y cuando ha sabido ampliar ese repertorio para asumir los de otros e indagar reflexivamente sobre ellos. Si preguntamos sobre sus referentes, podría desdoblar su lista y comenzar citando innumerables artistas entre los que seguramente se escucharían nombres como el de Frank Stella, Palazuelo, Mondrian o Josef Albers. Una de las aportaciones más interesantes de su obra la apreciamos en Cinemascope, y radica en la capacidad de transmitir la sensación de orden sin disimular del todo las líneas anteriores a la imagen, obligándonos a compartir las imperfecciones que rodean los procesos previos al trabajo acabado.